Me gustaría hablaros de mis
hermanos, en general no solo de los míos creo que de todos los hermanos del
mundo. Esos a los que a pesar de que pasan los años sigues viendo
peques, por supuesto me refiero a los
hermanos más pequeños. Yo soy la mediana de tres hermanos, además de la única
chica. Tengo un hermano que me saca tres años y un hermano al que yo le saco
otros tres, a ese le habréis leído por ahí en algún comentario. Es mi niño
lindo. Mi ojito derecho, aunque adore a los dos, pero mi hermano pequeño es mas mio, mas como yo, y
mas cercano a mi en todos los sentidos. Cuando éramos pequeños yo a pesar de
ser la única chica era por decirlo de
alguna manera el más trasto de los tres, mi madre decía que tenía que haber
nacido chico ya que siempre estaba haciendo travesuras y me encantaba jugar a
todos los juegos de chicos. Sentía una verdadera envidia de ellos muchas veces
cuando se ponían a jugar, ya que al ser chica me hacían un poco de lado y no querían
jugar conmigo a las chapas o las canicas. No me dejaban entrar en sus torneos.
Ahora que no me leen, creo que es porque les daba vergüenza que una chica les
ganara jjjjjjjjjjj ya que desde siempre cuando hago algo me gusta ser la mejor
en lo que hago. Soy muy competitiva. Tengo tantísimos recuerdos, no en vano
fueron mas de 25 años juntos, pero en los que pienso ahora es en los de mas
pequeña. Una cosa que no se me olvida son los días de navidad, lo pasábamos en
grande. Teníamos dos juegos favoritos,
uno era escribir en un papel todas y cada una de las colonias que anunciaban en
la tele por navidad hasta el día de reyes y el que mas conseguía ganaba. Ese
juego a pesar de ser una estupidez jjjjjjjjjjjjjjj lo hemos hecho hasta estando
ya cada uno en su casa. El otro como no, era encontrar los regalos de reyes y
descubrir o al menos intentar saber que eran. Eso por supuesto cuando ya sabíamos
lo de los Reyes Magos claro esta. Teníamos que aprovechar cualquier momento en
el que nuestra madre no estuviera o no pudiera pillarnos y eso realmente era
algo muy difícil. Alguna vez nos lo puso muy fácil y lo escondió debajo de la
cama, al menos algunos porque yo creo que nuestra madre ya lo sabia y lo hacia
aposta y los guardaba en sitios diferentes. Al final siempre había sorpresas.
Pero lo mas gracioso es que cuando encontrábamos
uno éramos incapaces de abrirlo o mirar. Rasgar un poco el papel, eso era como
pecado, o sea que echábamos nuestra imaginación a volar con lo poco que se veía
a través del papel o por el tamaño del regalo. Y esperábamos pacientemente al día
de Reyes. Que recuerdos aquellos. Cuanto quiero a mis hermanos.
Isaboa
Y aquellas castañas asadas en aquel horno antiguo que nos hacía nuestra madre...
ResponderEliminarY aquel pan con aceite tan rico y sabroso que nos hacia para merendar...
Aquella zapatilla que nos tiraba cuando nos portabamos mal...
Aquellos domingos con suculentos aperitivos y bocaditos de nata y tarta para culminar una buena comida festiva toda la familia junta...
Tantos y tantos sábados pasados en la Pedriza y luego en Aranjuez con nuestros primos jugando a detectives debajo de aquel puente misterioso...
Aquellos discos y casettes que poníamos a todo volumen en nuestras habitaciones de Los Pecos o de Dire Straits que tanto malhumoraman a nuestros padres...
Y esas cervezas y vermuts, ya algo más mayores, que nos tomabamos en el barrio en difentes bares con diferentes olores a algo profundamente nuestro, de familia y buenos amigos...
Y un sin fin de momentos y situaciones vividas juntos, hermana, con nuestro hermano mayor, padres y buenos amigos...
Añoranza del pasado, vivencias del presente e ilusión por el futuro...
Un fuerte abrazo hermana.