Con desprecios
has matado su amor, palabras que pones en labios de otros pero son tuyas solo
tuyas. Las heridas causadas al alma nunca cierran del todo, pero cuando también
te han herido más allá del alma, esas no curan nunca. La piel queda intacta,
pero al más leve roce sangran con rabia. ¿Y tú te llamas hombre? Un hombre no
es un canalla que te clava la daga entre pecho y espalda. Que te hace sentir
como una mierda en la nada. ¿Y tú la quieres?
Ella te dio lo
mejor de si misma, compartió su intimidad contigo, sus ilusiones, sus
esperanzas, abrió su corazón de par en par y desnudo su alma.
Tú has menospreciado
eso, has ignorado sus sentimientos sin ninguna consideración. La has herido
mortalmente siendo muy consciente de lo que hacías, ya ves, esta vez te fallo
tu frialdad y no pensaste, o pensaste demasiado bien lo que decir para hacerle
daño. ¿Y tú quieres? Tu solo te quieres a ti mismo, no eres merecedor de su
amor. No la merece quien no la ame y mucho menos quien la lastima. Ella es muy especial y un día te darás cuenta de todo
lo diez que has perdido. Una amiga que te abrace cuando lo necesites, una
confidente que conozca tus sueños y vele para que consigas realizarlos. Alguien
que te haga sentir pleno, que se entregue a ti en cuerpo y alma, que es romántica,
apasionada, fuerte y sensible, que es madura pero también una niña traviesa con
la que jugar y sentirte joven. Pero no
solo has perdido eso, la has perdido a ella…Ahora no le mandes flores y la digas que la quieres, ella ya no esta...
Isaboa
Isaboa
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